SISTEMA NACIONAL
DE ORQUESTAS DE VENEZUELA:
(La tierra de
las mil orquestas).
En
el año 1975 empezó ha desarrollarse un proyecto social financiado
por el gobierno venezolano, que impulsa un sistema de escuela, mediante el cual
se utilizaba la música como una herramienta esencial para
la integración de aquellas personas en situación de vulnerabilidad. Entre estos músicos hay mucho más que música,
se ha creado todo un sistema de integración. La orquesta era concebida como una
manera de mejorar el desarrollo de la juventud y de los niños, evadiéndoles de
sus problemas y de la vida de marginación. Este proyecto se convierte en una de
las principales salidas de futuro para mucho de ellos, a partir de una
formación musical en grupo.
Esta
iniciativa ha tomado forma en muchos otros ámbitos en los que se encuentran las
personas en una situación de desventaja social. La música ha llegado incluso a
niños con discapacidad, convirtiéndose en una forma de rehabilitación y
reinserción social, mediante la cual se consigue un desarrollo inaudito. En
este proyecto se busca una adaptación de la música a los déficits que estas
personas presentan para que puedan disfrutar y participar de ella.
Por
otra parte esta iniciativa también se lleva a cabo en centros penitenciarios
como herramienta para la integración y rehabilitación de estas personas que
posteriormente se reinsertaran a la sociedad. La mujer dentro del centro penitenciario
ve en la música una alternativa de vida.
La
labor de los profesionales en estos centros es enseñar la música desde una
perspectiva de aprendizaje de valores sociales.
Este
proyecto tiene una dimensión social que nos demuestra como a través de la
cultura se pueden adquirir unos valores básicos para la convivencia en sociedad,
dejando a un lado el nivel social, económico y cultural que cada persona posee.
José
Abreu impulsa este sistema que empieza como escuelas y luego pasan a ser
financiados del gobierno. Es algo maravilloso que se hace en Venezuela ya que
probablemente muchos de los niños que estén allí casi no sabrán ni leer ni
escribir, pero sí leer partituras musicales con gran soltura. Además cada uno
tiene problemas familiares, sociales, etc., y la idea de pertenecer a un grupo,
el hecho de acordarse de lo mal que lo pasan fuera de esa escuela, ya solo con
eso, se podría reconocer que es un buen trabajo.
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